EUROPA
PRESS
28 mayo
2018
¿En
qué consiste un chequeo preoperatorio?
A la hora de someternos a una
intervención quirúrgica es vital que los profesionales sanitarios se aseguren
de que estamos listos para ello y de que no van a correr ningún riesgo. Suele
tener lugar el mes anterior a la operación y es vital para que conozcan nuestra
situación y estado de salud.
En una entrevista con Infosalus,
el doctor Julián Álvarez, presidente la Sociedad Española de Anestesiología,
Reanimación y Terapéutica del Dolor (SEDAR) explica que el chequeo
preoperatorio consiste en una revisión médica con un anestesiólogo, donde se
valora el estado de salud con una historia clínica, exploración y pruebas
complementarias, que nos permitan predecir los riesgos de un enfermo ante una
cirugía concreta.
Aunque afirma que cada hospital tienen diseñados unos
circuitos, una vez que se decide que el enfermo debe ser sometido a una
intervención quirúrgica, este chequeo generalmente debe hacerse durante el mes
previo a la cirugía. De esta forma se les da tiempo a los médicos para tratar
cualquier problema de salud que se pueda tener antes de la operación, según
explica el departamento de Salud de Estados Unidos.
Además, indica que el cirujano necesitará constatar que
otras afecciones que padece el paciente no ocasionarán problemas durante la
cirugía. Por ejemplo, indica que si se padece del corazón será imprescindible
en muchos casos la supervisión del cardiólogo, especialmente si se es mayor de
55 años, tiene un historial de problemas cardíacos (o miembros de la familia
con problemas del corazón), fuma en exceso, tiene hipertensión arterial o
diabetes, o no está en forma y no puede subir escaleras; o un endocrino, por
ejemplo, si tiene diabetes o si el examen de nivel de azúcar en la sangre en la
consulta preoperatoria fue alto.
Por otro lado, el cirujano puede solicitar algunos exámenes
paralelos antes de la cirugía. Así, es frecuente que se solicite la realización
de un análisis de sangre antes de la operación, así como un conteo sanguíneo
completo y análisis del riñón, el hígado y el azúcar en sangre, además de una
radiografía del tórax, o bien de un electrocardiograma para verificar el estado
del corazón.
Otro de los puntos del chequeo preoperatorio consiste en la
firma del consentimiento informado, un documento en el que se afirma que el
paciente ha sido informado de la técnica o técnicas a las que va a ser
sometido, explicándole si hay otras opciones, y se le informa de los riesgos.
"Habitualmente, se informa de los riesgos más frecuentes, aunque no sean
graves y de los más graves aunque sean infrecuentes", asegura a Infosalus el presidente de SEDAR.
Cuidados
preoperatorios en el caso de las personas mayores
En la cirugía programada de personas mayores, según explican
desde Sanitas, los cuidados preoperatorios implican la realización de una serie
de pruebas clínicas antes mencionadas (analítica, radiografías,
electrocardiogramas, función respiratoria, entre otras), con el objetivo de que
permitan identificar, y en su caso corregir, posibles factores de riesgo que
puedan complicar el acto quirúrgico y el postoperatorio.
"No así en la cirugía de urgencias, en la que este
riesgo es significativamente mayor cuanta más edad se tiene. En cualquier caso,
lo más importante es la situación funcional previa a la cirugía del paciente
añoso", añade.
Según subraya, también hay que tener en cuenta que el
desarrollo actual de las técnicas de cirugía mínimamente invasiva
(laparoscopia) y el uso de anestesia local o regional han reducido
considerablemente los riesgos quirúrgicos y de recuperación posterior de las
personas mayores.